San Ignacio de Moxos tiene como principal atractivo turístico, su cultura viva, que se aprecia en su máxima expresión durante su fiesta patronal: la Ichapekene Piesta, Patrimonio de la Humanidad desde 2012. Se celebra el 31 de julio.
Sin embargo, este destino también es recomendable para visitar durante cualquier época del año. En un paseo de hasta dos días se puede conocer su imponente templo de arquitectura misional, el Museo de Arte Sacro, el museo etnohistórico, el Archivo de Música Barroca, y la Escuela de Música, centros artesanales, así como algunas comunidades indígenas cercanas.
Situado a 92 kilómetros de Trinidad, el municipio ofrece la posibilidad de visitarlo en vehículo propio o en transporte público. Los taxis compartidos o expresos parten desde la zona del mercado campesino. El costo del pasaje es de Bs 60.
Para llegar a San Ignacio de Moxos se necesita cruzar el río Mamoré. Por este motivo, al llegar a la ribera el vehículo es transportado de bando a bando en pontones de madera.
Doce discípulos custodian el templo
En la fachada del templo misional en San Ignacio de Moxos se cuenta la historia de este pueblo. Foto: Anasbrook
En la plaza principal, lo primero que llama la atención son las impotentes columnas que sostienen el atrio del templo. Doce enormes piezas de madera tallada, que representan a los discípulos de Jesucristo. Pensada para congregar a toda la comunidad moxeña, esta iglesia tiene la capacidad de hasta mil personas, según el responsable del museo, Juan Francisco Limaica.
Su fachada tiene una pintura mural dividida en tres cuerpos horizontales. En la parte baja, se ha recreado figuras que destacan en los hallazgos arqueológicos, que representan a sus ancestros: “el cimiento de la iglesia”. En la parte del medio, las figuras evocan a la Corona española y a las Misiones. En tanto que la parte superior ha sido dedicada a lo celestial, con figuras de ángeles y otros elementos sublimes.
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En el interior hay dos naves y dos hileras de columnas que sostienen el techo. Las columnas son altas porque es una zona muy caliente y su construcción fue pensada para que el sitio tenga una buena ventilación, para eso cuenta también con ventanales en la parte superior.
El templo misional, que es el mayor orgullo de los ignacianos, se empezó a construir desde la fundación de la reducción misional en San Ignacio de Moxos, el 1 de noviembre de 1689. Este monumento histórico, que hoy se yergue como si los años no hubieran pasado, fue reconstruido y su altar totalmente restaurado; de manera que se pudo mantener vivo el legado histórico y religioso.
“El templo es un lugar que nos permite rescatar y ver el arte, tanto en tallado, música y en todos los sentidos; todas las artes que se han practicado en las antiguas misiones. Se las recrea y se hace visibles”, dice Limaica.
Museo de Moxos y Archivo Musical
Al lado del templo misional, en la plaza principal de San Ignacio de Moxos, se encuentra un repositorio que permite pasear por la historia de este destino. En sus 14 salas, con cuatro áreas temáticas, se puede conocer el legado indígena, la historia ligada a las misiones, además de la riqueza natural que alberga su territorio. En su portal, un letrero tallado en madera da la bienvenida, con una leyenda en lengua mojeña ignaciana: “Viñupapaika Eta Vitaresira”, recogiendo nuestra vida.
“El museo de Moxos fue el pilar fundamental entre los años 2009 y el 2011, cuando se presentó la candidatura ante la Unesco para conseguir el título como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad. Fue la base donde se trabajó cada detalle para la postulación”, asegura Limaica.
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Una de las salas cuidadosamente custodiada, es la que contiene colecciones de platería misional, instrumentos musicales antiguos y máscaras que se usan durante las celebraciones religiosas.
Otra de las joyas que posee este destino turístico del Beni, es su archivo de música barroca, donde se resguardan más de 7.000 partituras que contienen música de los siglos XVIII y XIX. Allí se albergan las colecciones de San Lorenzo de Moxos, San Ignacio y Trinidad, entre otros tesoros musicales de la época.
El museo recibe visitas de martes a domingo, de 8.00 a 12 y de 14.30 a 17.30. El costo de ingreso para nacionales es de Bs 10 y para extranjeros Bs 20. Se sugiere coordinar la visita, llamando al 591-73906751.
Centro artesanal Belén
Quien visita San Ignacio de Moxos no puede retornar sin llevarse un recuerdo de la riqueza cultural de este destino. Tejidos elaborados con hilos de algodón, que se cosecha de los árboles en las casas de la zona, máscaras tradicionales, pinturas, tallados en madera y recuerdos en cuero, son algunas de las piezas que los turistas pueden adquirir en el “Centro Artesanal Belén”, ubicado a media cuadra de la plaza principal, a un costado del templo misional.
En este sitio se concentran todas las artesanías que producen 15 familias, miembros de una asociación. Los artesanos talladores y pintores, aplican técnicas adquiridas de sus abuelos; continúan la tradición y elaboran diferentes piezas en pequeños talleres instalados en sus propias casas.
Las mujeres aprovechan los productos de la naturaleza para crear diferentes piezas artesanales como tejidos de cogollo de motacú, aretes de semillas e hilos, monederos, almohadas hechas con una especie de esponja vegetal, entre otros. Entre los productos más requeridos están las hamacas, tejidas en telares artesanales gracias a los conocimientos ancestrales que se transmiten de generación en generación. Cada pieza, de acuerdo al tamaño, puede elaborarse en un periodo de hasta tres meses.
La compra de estos recuerdos apoya la economía de las familias artesanas de esta zona. El precio de las piezas varía desde Bs 10, hasta más de Bs 400. El centro artesanal abre todos los días, desde las 9.00 hasta las 18.00 y los domingos, solo medio día.
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Laguna Isireri
A cinco minutos del centro urbano, se encuentra uno de los referentes naturales de la capital ignaciana, la Laguna Isireri. Los amaneceres y atardeceres son perfectos en este sitio. Las aguas calmas reflejan al sol con una mágica variación de tonalidades que cambia durante el día, de un naranja claro, hasta un rojizo intenso que desaparece lentamente con la entrada del sol.
Además de ser un atractivo natural de Moxos, donde la gente acude a refrescarse y a pescar, esta laguna es famosa por la leyenda de Isireri. Los lugareños cuentan que un pequeño niño con ese nombre habría desaparecido en la zona mientras su mamá lavaba ropa en un pequeño reservorio natural de agua. Él nunca fue encontrado, pero en el lugar donde se perdió apareció una gran anaconda, conocida como el jichi: el custodio de la laguna Isireri.
Cabañas San Felipe, una opción para el descanso en San Ignacio de Moxos
Cabañas San Felipe nace como una quinta de descanso para grupos reducidos. Es un proyecto familiar que pretende brindar a parejas, grupos familiares o de amigos, un espacio donde disfrutar de algunas actividades propias del campo: participar de la ambrosía, pesca deportiva de tambaquí y pacú, cabalgatas o conocer una granja de patos.
Mariana Rodas y Álvaro Yuja, propietarios del emprendimiento, explican que el proyecto turístico consiste en la implementación de tres cabañas completas, con equipamiento necesario para que las visitas disfruten de una estadía de fin de semana o más extendida, de acuerdo a su necesidad. El visitante tiene acceso a la cocina, con vajillas y todos los implementos necesarios, si desea preparar sus propios alimentos.
Actualmente cuenta con una cabaña de dos plantas, con capacidad para seis personas. La segunda se estrenará para fin de año, con infraestructura adecuada para niños, ancianos y personas con discapacidad, porque se instalarán rampas en los ingresos y baños. La capacidad total, cuando estén concluidas las tres infraestructuras y una piscina, será para 15 personas.
Una de las actividades recomendadas en este sitio es participar de la ambrosía para disfrutar la leche recién ordeñada con biter. Foto: Anasbrook
Este hospedaje tiene una ubicación privilegiada, pues se encuentra al ingreso a San Ignacio de Moxos, por la carretera que une Santa Cruz con este destino. Está a dos minutos de la plaza, donde se ubican los principales atractivos culturales: el templo misional y el museo.
Desde este punto, la gente puede iniciar su recorrido, previa coordinación. La administración organiza tours guiados a la iglesia, centros artesanales, museo, a la escuela de música, sitios naturales y poblaciones indígenas cercanas, donde se observa la forma de vida de los comunarios.
Por su cercanía con Trinidad, este es un sitio de escape ideal para los trinitarios, pero también un lugar confortable para visitantes nacionales y extranjeros. Contactos: 591-60202245
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