Adriana Olivera
¿Cómo llegar?
– Este paquete es parte de la oferta de la Empresa Boliviana de Turismo.
– El tour consiste en dos días y una noche. La partida es desde la ciudad de La Paz hasta Guaqui.
– Son unas dos horas de recorrido sobre la carretera. Para la vuelta, de Taraco a La Paz es de una hora y media de viaje.
– El paquete incluye alimentación, transporte y hospedaje.
– Contacto Boltur: Llamar al 591-2- 2185999 / 901 10 5296
Metal, piedra y agua son los elementos que destacan en los destinos Guaqui, Tiwanaku y Taraco, las poblaciones que pertenecen a un nuevo circuito que promete además una experiencia vivencial con las comunidades.
Este propuesta denominada “Metal, Piedra y Agua”, se hace realidad gracias a una alianza entre la Red Markasataki y la empresa Boliviana de Turismo (Boltur). El tour por los tres municipios dura dos días y una noche. El pernocte y las actividades de agroturismo se realizan en Tiwanaku.
Un paseo por el pasado
Guaqui es una de las fronteras del departamento de La Paz con Perú, se encuentra ubicado a orillas del lago sagrado, el Titicaca. En lo turístico, el municipio se destaca por la historia que está plasmada en sus museos. Sus trenes son reliquias que conservan vivos los recuerdos
del esplendor de una de las mejores épocas de la región. Guaqui implementó el circuito por el complejo turístico, ecológico, museográfico y ferroviario lacustre que está abierto por lo general los fines de semana para recibir a los turistas y mostrar su cultura y costumbres.
La Alcaldía anunció que para la nueva ruta activará dos locomotoras que recorrerán un kilómetro, desde el museo de trenes (ubicado cerca al puerto lacustre) hasta la plaza principal del municipio. El propósito es aumentar el flujo turístico y dar una nueva aventura al visitante; aprovechando que las rieles del tren, que pasaba por el pueblo, siguen en buen estado. El Buque Multipropósito también es parte de los atractivos. Los capitanes de la Armada Nacional están firmes y listos para dar una explicación sobre el trabajo que realizan.
Las familias de este municipio viven de las artesanías. Presentan al público la variedad de tejidos que se pueden hacer con las fibras de alpaca, oveja y de algodón. El frío se siente al estar a orillas del lago, por lo que muchos visitantes se ven tentados a comprar las prendas abrigadas que ofertan las artesanas.
Tiwanaku, punto energético y de agroturismo
Las ruinas con miles de años de historia son la mayor atracción de Tiwanaku. Durante la visita los guías explican que se trata de un campo lleno de energía. La Puerta del Sol, de la
Luna, los templetes de Akapana, Kalasasaya y los monolitos, entre otros, son elementos que se pueden observar en el gran espacio que abarca este territorio, bajo la guía experimentada de profesionales en turismo.
El segundo punto de visita son los museos, donde están en exposición cerámicas que fueron halladas en diferentes excavaciones. Así también como los monolitos que son resguardados;
entre ellos está el Bennett. También hay réplicas de cabezas, piedras, vasijas, etc. que muestran un diseño muy particular de la cultura tiwanakota.
En Tiwanaku la atención al cliente es primordial. Los miembros de la Asociación
de Hoteleros, Gastrónomos y Turismo (Ashogaturs) están al tanto de cómo está el turista: si le hace frío, si está cómodo, si tiene hambre, si tiene sed, etc. Al final de la visita y después de una larga caminata, no faltan los matecitos de k´oa y algunas empanadas con queso, para que aumenten las fuerzas para terminar el tour.
Para la preparación de la cena hay que colaborar con los comunarios en las actividades ya que se trata de una actividad de agroturismo o turismo vivencial. Lo primero que se hace
es cosechar papa, cuando la visita es entre abril y mayo, puesto que la siembra se realiza en noviembre.
Los socios de Ashogaturs tienen parcelas propias de las que proveen los frutos para la preparación de alimentos en sus restaurantes. “Aquí es así: directo del productor al consumidor”, alardean los guías, orgullosos de ofrecer a los clientes productos frescos.
Durante el proceso, el turista aprende a extraer de forma correcta los tubérculos, pues hay que tener cuidado para no dañar la tierra. Con una picota se va arrancando la raíz y poco a poco va saliendo toda la planta hasta que aparece la papa. Son grandes y se ven deliciosas.
Simona Ticona, una de las comunarias, indica que enseñarán el proceso de cosecha de la papa y la producción del chuño y la tunta. Las papas cosechadas pasan a la sección de limpieza para ser preparadas en un plato típico boliviano como el “queso humacha”, el cual es degustado por los comensales que disfrutaron de una larga jornada en Tiwanaku.
Al igual que para la cena, también para el desayuno los turistas son partícipes de la preparación de los alimentos. La jornada empieza muy temprano en el Hotel Intiwara con la actividad de ordeño de las vacas.
La señora Leduvina Osco, trae a la vaca menos arisca, pues a veces los animales se ponen nerviosos. Las ubres están llenas, listas para sacar la leche. “Es fácil”, dice Leduvina a tiempo de mostrar una técnica que parece sencilla pero para muchos resulta misión imposible.
Tras este procedimiento se obtiene al menos unos 10 litros de leche, el ingrediente
principal para el desayuno de la jornada dominical. Es el complemento para un buen plato de pesque, elaborado con quinua. Una combinación perfecta para iniciar el día con muchas energías, aseguran los guías.
Pero la leche no sólo sirve para el desayuno, sino también para elaborar queso. Este proceso es el siguiente atractivo durante el paseo. Presurosas las mujeres a cargo agarran una olla grande en la que añaden la leche y cuajo natural (vísceras de vaca y cerdo) para luego dejar reposar por 15 minutos.
Una vez que está con una consistencia gelatinosa, empieza la labor de escurrir a mano para luego sacar el producto sobre esteras redondas de paja que son elaboradas de manera artesanal. El proceso continúa con la disposición en capas y el agregado de sal a su gusto. Una vez que se termina este proceso, para que no se quede con las ganas, el turista recibe el producto fresco para degustar pero antes aprende que esta masa blanca debe reposar al menos una noche para quedar a punto.
Antes de salir de Tiwanaku, también se visita a los artesanos, expertos en esculpir monolitos en miniatura. Muchos de ellos han perfeccionado su arte porque se dedican a esta labor
desde niños. También se dedican a la crianza de llamas, alpacas y ovejas, y con la fibra que obtienen tejen chalinas, chompas, chullos o gorros para el invierno, incluso hacen pequeños llaveros que son muy solicitados por los visitantes.
La Unidad Educativa “Arthur Posnansky” también implementó su museo lítico. Cuando se estaba construyendo el colegio, encontraron cerámicas antiguas. Ante ese hallazgo, los profesores decidieron abrir una sala de exposición, donde se muestran las reliquias y otros objetos representativos.
La escuela conserva con mucho cuidado su museo. Los padres de familia son parte del proyecto y se muestran entusiastas al recibir a los turistas para explicarles acerca de los
hallazgos expuestos.
Taraco, la península del Titicaca
El tercer lugar de visita, y recorrido final de tour, es Taraco, población de origen Chiripa, según mencionan sus autoridades. En el centro de la plaza se alzan grandes estatuas de morenos (bailarines de la danza llamada Morenada), con placas que destacan a Taraco como la cuna de este baile boliviano.
Su mayor atractivo, dentro del pueblo, es el Museo de la Morenada. Pero no se trata de la danza, sino que es museo arqueológico donde se tiene diversas piezas tiwanakotas.
Este destino, turístico tiene diversas comunidades donde uno puede disfrutar de una experiencia diferente. Por ejemplo, la comunidad de Chiripa donde también se encuentra un
museo con distintas piezas arqueológicas de cerámica y cobre.
Allí también existe un templete semi-subterráneo, al igual que en Tiwanaku. Las autoridades relatan que eran habitaciones para descansar o conservar los alimentos e incluso para hacer ceremonias en aquellos años que datan antes de Cristo.
Taraco es una península que está en el lago Titicaca. Al llegar a sus playas, el turista encuentra mucha paz. El complejo de Zapana es un albergue con todas las condiciones necesarias para pasar una noche o quedarse un fin de semana. Al frente se expande la vista en el lago Titicaca y toda la cordillera de los Andes. El nevado Illampu es el que más se aprecia.
Las otras dos islas de Taraco: Santa Rosa y Bosque de Culata, reflejan la tranquilidad que se puede encontrar en el lugar. Una de ellas está a orillas del lago. Se puede sentir el agua, caminar hasta una cierta distancia.
La otra isla tiene un paisaje diferente, el lago está más alejado, pero los que hacen gran compañía son los gigantescos árboles, por eso lleva ese nombre. En medio de ellos existen
mesas y sillas hechas de madera para que el turista se siente a disfrutar de un agradable momento.