Fuente: AECID Fotos: © Miguel Lizana
Son Patrimonio Cultural de la Humanidad. Pueblos que guardan un legado cultural conformado por sus monumentos, tradiciones, música, cosmovisión, entre otros aspectos que los hacen únicos en el mundo. En el departamento de Santa Cruz se encuentran las poblaciones San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos, que juntas conforman las Misiones Jesuíticas de Chiquitos. En esta entrega haremos un recorrido gráfico por la variedad de atractivos turísticos que engloba este destino.
Para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), es el vínculo de la cultura con el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y el ejercicio de los derechos culturales, uno de los motivos que la impulsaron a iniciar el trabajo de preservación y gestión del patrimonio cultural chiquitano.
Desde el 12 de diciembre de 1990, las Misiones Jesuíticas de Chiquitos San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos son Patrimonio Cultural de la Humanidad.
A través de su Programa Patrimonio para el Desarrollo, el AECID viene trabajando desde 1997 en la región en el fortalecimiento de las políticas públicas en materia de patrimonio cultural a nivel local, departamental y nacional, acompañando procesos fortalecimiento institucional, desarrollo normativo, planificación, investigación, intervenciones en bienes culturales, formación técnica, mejora de la habitabilidad, inclusión social y acceso al patrimonio y desarrollo de modelos innovadores de gestión patrimonial y cultural vinculados a procesos de impulso económico, turístico y social.
Tras la exitosa experiencia piloto impulsada por la Cooperación Española en la Misión de Santa Ana de Velasco, en 2001 se creó la Oficina Técnica del Plan Misiones con el apoyo de los Gobiernos Municipales de las Misiones Jesuíticas, la Diócesis de Velasco, el Vicariato de Ñuflo de Chávez, el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, el Ministerio de Culturas y Turismo, y la propia Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)”, señala la institución en un reporte oficial.
Escuela Taller de la Chiquitania
Fotos: © Miguel Lizana
A partir del 2008 se instituye la Escuela Taller de la Chiquitania como brazo formativo y productivo del Plan Misiones, con la metodología “Aprender produciendo” desarrollada en España y en Latinoamérica. De esta forma se ofrece una opción de formación técnica, inserción social y laboral a jóvenes en situación de vulnerabilidad de la región en oficios vinculados al patrimonio cultural, integrando al Ministerio de Educación en el proyecto.
Se acentúa el potencial económico y sostenible
Es el vínculo de la cultura con el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y el ejercicio de los derechos culturales que impulsó a la Cooperación Española, a iniciar el trabajo de preservación y gestión del patrimonio cultural chiquitano.
Patrimonio vivo
Desde 1998, AECID, a través de su Programa de Patrimonio y Desarrollo, contribuye en la región en el fortalecimiento de las políticas públicas en materia de patrimonio cultural, en procesos fortalecimiento institucional, desarrollo normativo, planificación, investigación, intervenciones y rehabilitaciones en los conjuntos misionales inscritos en la Lista de patrimonio mundial de la UNESCO; así como en otro tipo de bienes culturales presentes en la región, formación técnica, mejora de la habitabilidad en los diferentes municipios , inclusión social y sobre todo apoyo y desarrollo de modelos innovadores de gestión patrimonial y cultural vinculados a procesos de impulso económico, turístico y social.
Eventos emblemáticos
- Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana, organizado por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), que desde 1996 y cada 2 años, se realiza en distintas locaciones de los templos misionales.
- El Festival de la orquídea en Concepción o entornos naturales de gran belleza como el Valle de la Luna, al mirador natural “Piedra del Bibosi” o el Parque nacional Noel Kempff Mercado declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Historia de las Misiones Jesuíticas de la Chiquitania
Fuente: Plan Misiones
Los Misioneros de la Compañía de Jesús tuvieron que recorrer un largo camino para
llegar al Nuevo Mundo, quienes a su llegada a territorio boliviano, se dieron a la tarea de
concentrar a las tribus nómadas en comunidades denominadas “reducciones”, para
instruir a los indígenas sobre la vida civil, religiosa y musical.
La Provincia de Chiquitos fue el primer escenario de este encuentro de las culturas nativa
y española. En este territorio se fundó Santa Cruz de la Sierra en 1561, que se convirtió
en la capital de la Gobernación del mismo nombre creada un año antes. A principios del
siglo XVII la capital fue trasladada y la Provincia de Chiquitos prácticamente abandonada.
En 1691 el gobernador de Santa Cruz de la Sierra pidió a la Compañía de Jesús que se
encargara de la provincia y el 31 de diciembre de 1691 el padre José de Arce fundó la
Misión de San Xavier, con la que comenzó el proceso misionero. A esta reducción
jesuítica siguieron: San Rafael, San José, San Juan Bautista, San Ignacio de Zamucos
(de vida efímera), Concepción, San Miguel, San Ignacio de Velasco, Santiago, Santa Ana
y Santo Corazón, cerrándose el período fundacional en 1760. Al igual que en otros
lugares de América, los jesuitas establecieron en la Chiquitanía reducciones de población
exclusivamente indígena que trabajaba bajo tutela de dos religiosos: uno encargado de lo
espiritual, es decir del proceso evangelizador, y el otro de lo material, fundamentalmente
de la enseñanza de las artes y oficios europeos y de la administración.
En poco tiempo los chiquitanos se convirtieron en magníficos artesanos (carpinteros,
alfareros, tejedores, talabarteros, pintores, escultores, etc.), pero sobre todo destacaron
en el campo musical. Los misioneros utilizaron la música como vehículo de evangelización
y los chiquitanos se convirtieron en excepcionales músicos, no sólo cantores y ejecutantes,
sino también compositores.
Los jesuitas, para la conformación de las reducciones, recurrieron a sistemas usados en
otros países latinoamericanos por los franciscanos y dominicos, en los cuales los
lugareños eran súbditos de la Corona, pero dueños de la tierra.
Las reducciones se implantaron siguiendo el urbanismo jesuita que incorporaba las ideas
del espíritu barroco, buscando la ciudad de Dios, estableciéndose en lugares sanos,
elevados, de fácil acceso, defendibles y provistos de agua. La plaza constituía el elemento
ordenador, rectangular, decorada en el centro con una cruz rodeada de palmeras. El
templo y el colegio-residencia formaban uno de los lados de la plaza y su sistema
Menos de un siglo permanecieron los religiosos jesuitas en tierras chiquitanas, pues en
1767 todos los misioneros fueron expulsados de España y sus dominios por orden del rey
Carlos III, continuando las Misiones en el sistema reduccional a cargo del Clero Diocesano
de Santa Cruz durante 163 años, hasta que en 1930 los franciscanos se hicieron cargo,
creando el Vicariato Apostólico de Chiquitos.
Las reducciones se mantuvieron aisladas hasta el último tercio del siglo XIX, cuando sus
pobladores empezaron a mestizarse. Fue el aislamiento el que liberó a los chiquitanos de
perder su originalidad cultural.