Wednesday, October 9, 2024
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Misiones Jesuíticas de la Chiquitania en imágenes

 


Fuente: AECID Fotos: © Miguel Lizana

Son Patrimonio Cultural de la Humanidad. Pueblos que guardan un legado cultural conformado por sus monumentos, tradiciones, música, cosmovisión, entre otros aspectos que los hacen únicos en el mundo. En el departamento de Santa Cruz se encuentran las poblaciones San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos, que juntas conforman las Misiones Jesuíticas de Chiquitos. En esta entrega haremos un recorrido gráfico por la variedad de atractivos turísticos que engloba este destino.

Fachada de la misión jesuítica de San José de Chiquitos. Es uno de los monumentos arquitectónicos más antiguos del oriente boliviano. A diferencia de las otras misiones, su fachada fue construida en piedra y está compuesta por la Iglesia, la capilla mortuoria, el campanario y la bóveda.
A casi tres décadas de la declaratoria de la Unesco se mantiene el título gracias a sus poblaciones y al apoyo de las instituciones que vienen trabajando en la gestión sostenible del legado cultural conformado por sus monumentos, pueblos, tradiciones, música, cosmovisión, entre otros aspectos .En la imagen, Luis Rocha el organista en la iglesia de Santa Ana de Velasco.

Para la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), es el vínculo de la cultura con el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y el ejercicio de los derechos culturales, uno de los motivos que la impulsaron a iniciar el trabajo de preservación y gestión del patrimonio cultural chiquitano.

Proceso de restauración realizado en el conjunto misional de San José de Chiquitos.
Desde el 12 de diciembre de 1990, las Misiones Jesuíticas de Chiquitos San Javier, Concepción, Santa Ana, San Miguel, San Rafael y San José de Chiquitos son Patrimonio Cultural de la Humanidad.

A través de su Programa Patrimonio para el Desarrollo, el AECID viene trabajando desde 1997 en la región en el fortalecimiento de las políticas públicas en materia de patrimonio cultural a nivel local, departamental y nacional, acompañando procesos fortalecimiento institucional, desarrollo normativo, planificación, investigación, intervenciones en bienes culturales, formación técnica, mejora de la habitabilidad, inclusión social y acceso al patrimonio y desarrollo de modelos innovadores de gestión patrimonial y cultural vinculados a procesos de impulso económico, turístico y social.

Alumnos del taller de carpintería de la Escuela Taller de la Chiquitanía, en San José de Chiquitos, donde se forma a jóvenes en diferentes oficios vinculados al patrimonio para la inserción laboral y creación de nichos de trabajo.

Tras la exitosa experiencia piloto impulsada por la Cooperación Española en la Misión de Santa Ana de Velasco, en 2001 se creó la Oficina Técnica del Plan Misiones con el apoyo de los Gobiernos Municipales de las Misiones Jesuíticas, la Diócesis de Velasco, el Vicariato de Ñuflo de Chávez, el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, el Ministerio de Culturas y Turismo, y la propia Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)”, señala la institución en un reporte oficial.

Profesor y alumna en un taller de música en Santa Ana de Velasco.

Escuela Taller de la Chiquitania

Fotos: © Miguel Lizana

A partir del 2008 se instituye la Escuela Taller de la Chiquitania como brazo formativo y productivo del Plan Misiones, con la metodología “Aprender produciendo” desarrollada en España y en Latinoamérica. De esta forma se ofrece una opción de formación técnica, inserción social y laboral a jóvenes en situación de vulnerabilidad de la región en oficios vinculados al patrimonio cultural, integrando al Ministerio de Educación en el proyecto.

Con esmero los jóvenes estudiantes son parte de la incansable tarea de preservación de las misiones.

Se acentúa el potencial económico y sostenible

Alumnos del taller de música de la orquesta de música barroca en Santa Ana de Velasco. Foto: © Miguel Lizana
El circuito turístico de la Chiquitanía se potencia como fuente importante de ingresos económicos para la región, gracias al Plan para la Rehabilitación de las Misiones Jesuíticas en la Chiquitanía y a su articulación a nivel intermunicipal en la que participan los municipios de San Javier, Concepción, San Ignacio de Velasco, San Miguel, San Rafael y San José, así como a nivel departamental con la Gobernación de Santa Cruz. Además, el Plan Misiones cuenta con el apoyo de la Cooperación Española en Bolivia.

Es el vínculo de la cultura con el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y el ejercicio de los derechos culturales que impulsó a la Cooperación Española, a iniciar el trabajo de preservación y gestión del patrimonio cultural chiquitano.

Patrimonio vivo

Desde 1998, AECID, a través de su Programa de Patrimonio y Desarrollo, contribuye en la región en el fortalecimiento de las políticas públicas en materia de patrimonio cultural, en procesos fortalecimiento institucional, desarrollo normativo, planificación, investigación, intervenciones y rehabilitaciones en los conjuntos misionales inscritos en la Lista de patrimonio mundial de la UNESCO; así como en otro tipo de bienes culturales presentes en la región, formación técnica, mejora de la habitabilidad en los diferentes municipios , inclusión social y sobre todo apoyo y desarrollo de modelos innovadores de gestión patrimonial y cultural vinculados a procesos de impulso económico, turístico y social.

Exterior de la iglesia jesuítica en San Rafael. Foto: © Miguel Lizana
La particularidad del patrimonio chiquitano y en concreto de las Misiones Jesuíticas es que se trata de un patrimonio vivo. A diferencia de las Misiones situadas en otros países cercanos, estos conjuntos no sólo están en ruinas, sino que su estado de conservación es excelente.. En la imagen, un alumno del taller de música de la orquesta de jóvenes músicos ensaya en solitario en el conjunto misional de San José de Chiquitos.
La comunidad local ha convivido y sigue conviviendo con este patrimonio presente desde hace cientos de años, apropiándose de dicho patrimonio y conviviendo con él diariamente. Un ejemplo de ello son las orquestas de música barroca de niños y jóvenes que siguen utilizando a día de hoy los diferentes espacios de los conjuntos misionales para sus ensayos diarios. En la imagen, el Taller de Música con alumnos de la joven orquesta de San José de Chiquitos
El potencial económico del circuito cultural de Chiquitos, además de su reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad, comprende el entorno ecológico y la riqueza natural de la zona, la serie de eventos culturales que se desarrollan en distintas épocas del año que permiten dinamizar la economía regional, incluidos micro y pequeños emprendimientos unipersonales familiares y comunales vinculados a gastronomía local, artesanía y una serie de servicios de hotelería.

Eventos emblemáticos

En Santa Ana de Velasco la música se lleva en la sangre. Foto: © Miguel Lizana
  •  Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana, organizado por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), que desde 1996 y cada 2 años, se realiza en distintas locaciones de los templos misionales.
  • El Festival de la orquídea en Concepción o entornos naturales de gran belleza como el Valle de la Luna, al mirador natural “Piedra del Bibosi” o el Parque nacional Noel Kempff Mercado declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.

Historia de las Misiones Jesuíticas de la Chiquitania

Fuente: Plan Misiones

Los Misioneros de la Compañía de Jesús tuvieron que recorrer un largo camino para
llegar al Nuevo Mundo, quienes a su llegada a territorio boliviano, se dieron a la tarea de
concentrar a las tribus nómadas en comunidades denominadas “reducciones”, para
instruir a los indígenas sobre la vida civil, religiosa y musical.
La Provincia de Chiquitos fue el primer escenario de este encuentro de las culturas nativa
y española. En este territorio se fundó Santa Cruz de la Sierra en 1561, que se convirtió
en la capital de la Gobernación del mismo nombre creada un año antes. A principios del
siglo XVII la capital fue trasladada y la Provincia de Chiquitos prácticamente abandonada.
En 1691 el gobernador de Santa Cruz de la Sierra pidió a la Compañía de Jesús que se
encargara de la provincia y el 31 de diciembre de 1691 el padre José de Arce fundó la
Misión de San Xavier, con la que comenzó el proceso misionero. A esta reducción
jesuítica siguieron: San Rafael, San José, San Juan Bautista, San Ignacio de Zamucos
(de vida efímera), Concepción, San Miguel, San Ignacio de Velasco, Santiago, Santa Ana
y Santo Corazón, cerrándose el período fundacional en 1760. Al igual que en otros
lugares de América, los jesuitas establecieron en la Chiquitanía reducciones de población
exclusivamente indígena que trabajaba bajo tutela de dos religiosos: uno encargado de lo
espiritual, es decir del proceso evangelizador, y el otro de lo material, fundamentalmente
de la enseñanza de las artes y oficios europeos y de la administración.
En poco tiempo los chiquitanos se convirtieron en magníficos artesanos (carpinteros,
alfareros, tejedores, talabarteros, pintores, escultores, etc.), pero sobre todo destacaron
en el campo musical. Los misioneros utilizaron la música como vehículo de evangelización
y los chiquitanos se convirtieron en excepcionales músicos, no sólo cantores y ejecutantes,
sino también compositores.
Los jesuitas, para la conformación de las reducciones, recurrieron a sistemas usados en
otros países latinoamericanos por los franciscanos y dominicos, en los cuales los
lugareños eran súbditos de la Corona, pero dueños de la tierra.
Las reducciones se implantaron siguiendo el urbanismo jesuita que incorporaba las ideas
del espíritu barroco, buscando la ciudad de Dios, estableciéndose en lugares sanos,
elevados, de fácil acceso, defendibles y provistos de agua. La plaza constituía el elemento
ordenador, rectangular, decorada en el centro con una cruz rodeada de palmeras. El
templo y el colegio-residencia formaban uno de los lados de la plaza y su sistema
Menos de un siglo permanecieron los religiosos jesuitas en tierras chiquitanas, pues en
1767 todos los misioneros fueron expulsados de España y sus dominios por orden del rey
Carlos III, continuando las Misiones en el sistema reduccional a cargo del Clero Diocesano
de Santa Cruz durante 163 años, hasta que en 1930 los franciscanos se hicieron cargo,
creando el Vicariato Apostólico de Chiquitos.
Las reducciones se mantuvieron aisladas hasta el último tercio del siglo XIX, cuando sus
pobladores empezaron a mestizarse. Fue el aislamiento el que liberó a los chiquitanos de
perder su originalidad cultural.

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