La Región / Fotos: © Teddy Seguin / Ministerio de Culturas y Turismo
En Ojelaya no viven más de 150 personas las cuales se distribuyen en cerca de 60 familias. Esta comunidad, perteneciente al municipio de San Pedro de Tiquina, tiene un paisaje adornado, por un lado, por las ondulantes y frías aguas del lago Titicaca y, por el otro, a lo lejos, por las montañas nevadas de la cordillera Real.
Uno de los anhelos de las autoridades y pobladores de este lugar y de Tiquina en sí es ver montado un museo en el cual se pueda compartir con los visitantes y turistas los recientes hallazgos de un proyecto de exploración subacuática. Entre los vestigios encontrados en la parte lacustre de Ojelaya están restos de cerámica, vasijas, fragmentos metálicos, huesos tallados de animales, piedras talladas e incluso piezas de oro. Se estima, según datos del ministerio de Culturas y Turismo, que sólo en la zona de Ojelaya se han encontrado en total casi cuatro mil restos de diferentes tipos de material.
El proyecto “Identificación, registro y valorización del Patrimonio Cultural en la cuenca del Lago Titicaca, Bolivia”, impulsado por el ministerio de Culturas y Turismo, tuvo sus orígenes en 2014 y desde ese año se tiene como campo de acción a 13 municipios de dicha zona que circunda al lago. La Cooperación Técnica Belga (CTB) es el ente financiador del proyecto y cuenta con el apoyo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y de la Armada Boliviana. Uno de los objetivos de estas actividades es contribuir a mejorar la gestión comunitaria del patrimonio cultural de la cuenca del Lago Titicaca en el lado boliviano y promover el desarrollo de turismo cultural comunitario.
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