1 ¿Una pandemia en la época prehispánica?
Hace diez años se encontró los restos óseos de una niña, en un pequeño montículo, al otro lado del templete semisubterráneo. No se identificó la causa de la muerte, pero una investigación concluyó que ella y otros cuerpos repentinamente enterrados así, sin ninguna parafernalia o ritual, como era común en Tiwanacu, tuvo que haber sido por una pandemia.
Cerca de la puerta de la Luna también se encontró cuerpos de similares características Hay arqueólogos que no quieren hacer excavaciones, porque consideran que pudo haber entierros “por enfermedades”.
2 Iglesias con piedras tiwanacotas
En 1989, Linda Manzanilla, una arqueóloga egiptóloga y especialista en pirámides, quiso encontrar las plataformas y la entrada principal de la pirámide de Akapana. Así descubrió escaleras que, desafortunadamente, desaparecieron. Muchas de esas piezas fueron usadas en la construcción de grandes iglesias. Esto se puede evidenciar incluso en la iglesia del Tiahuanacu, el pueblo.
3 La relación de Tiwanaku con la Amazonia
Un chachapuma es un hombre jaguar. Hay una pieza en el museo tiwanacota, donde se observa a este personaje sentado, sosteniendo una cabeza decapitada en el pecho. Se cree que la escultura data de 1500 años atrás y era para demostrar que hombres jaguar custodiaban las grandes edificaciones.
Los expertos creen que tuvo que haber un momento en que los tiwanacotas vieron a animales de esa región -jaguar y puma- y decidieron adoptarlos como blasón de sus hordas de guerreros para que tengan ese orden sanguinario.
Tiwanacu estaba compuesto por varios grupos étnicos. Para fundar una capital, hay indicios de que participaron varios grupos de pueblos que no se conocen con exactitud. Hace más de dos años, gracias a estudios de ADN, el especialista boliviano Hugo Valverde, demostró que mucha gente en Tiwanaku tiene ADN amazónico. Asimismo, los lingüistas descubrieron que muchas terminaciones de esta zona, tienen raíces en el puquina. De acuerdo a Zerrón Palomino se trata de una lengua amazónica que se asienta en el altiplano.
Como dato curioso, los uru chipayas y los uru muratos, que viven en el río Desaguadero están afiliados a la Confederación del Oriente Boliviano. En su cosmovisión aseguran que son más antiguos que los aymaras y se consideran hombres del agua.
4 Sobre la ubicación
Tiwanaku es una civilización construida en la cima del Altiplano. Si bien el paisaje no es desértico, es homogéneo, amarillo, en contraste con el cielo. Tiene dos flancos de montañas, el lago Titicaca al occidente. Y un punto importante: desde el medio de la pirámide de Akapana se puede admirar la punta de la montaña Illimani. Sus blancas cúspides representan la cabeza y las alas de un ave famosa llamada Mamani. Ave prodigio en la cosmovisión andina, de buen augurio. Para entenderlo mejor, el cóndor es el ave que vuela cerca al cielo, cerca de las divinidades. Y el cóndor Mamani conecta a los humanos con el cielo.s
5 ¿Qué pasó con los tiwanacotas?
En Tiwanaku hubo una etapa de abandono. Hay pruebas científicas de que hubo una crisis ambiental, así como sacrificios humanos y conflictos o convulsiones sociales. Todos esos factores incidieron para que esta población desaparezca.
En el templete semisubterráneo, por ejemplo, se descubrió el monolito Bennett, echado al lado de unas estelas con una intensión contundente de enterramiento ritual. Al desenterrarlo, durante los años 60, Carlos Ponce Sanginés descubrió que había un sistema de drenaje y más de 174 cabezas clavadas de distintas épocas de la historia de Tiwanaku. Las escaleras miran al sur donde los astrónomos han descubierto que aparece la cruz del sur, dando a conocer científicamente que es un observatorio astronómico subterráneo, ligado históricamente con un edificio posterior que es el templo de Kalasasaya, donde se descubrió el monolito Ponce.
6 ¿Eran los tiwanacotas “extraterrestres”?
En la entrada norte del Templete de Kalasasaya, el arqueólogo Arthur Posnansky en una publicación de 1945 describió las siete escaleras o gradas como “muy altas”, porque los habitantes no eran aymaras. Esto dio pie a que surgieran teorías de que se trataba de extraterrestres. Sin embargo, de acuerdo con descubrimientos de restos óseos, las personas medían en promedio 1.60, lo cual desvirtuó tal aseveración.
Fuente: Luis Callisaya y Hugo Ávalos, arqueólogos de Tiwanaku, con amplia experiencia en hallazgos y excavaciones.
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