Una propuesta de turismo comunitario y de aventura. Visita Villazón y disfruta de momentos únicos compartiendo con los comunarios, paseos a pie o a caballo por ríos, cascadas naturales. Sorpréndete con su habilidad en la alfarería, en este municipio se encuentra la olla de arcilla más grande del mundo. Existen vestigios de antiguas civilizaciones con enigmáticas pinturas rupestres.
Adriana Olivera/La Región Potosí
Villazón, el diamante que se pule solo. En esa frase los vivientes de este municipio, ubicado al sudoeste de Bolivia, a 347 km. de la ciudad de Potosí, resumen la esencia de su gente: trabajadora y pujante.
Si bien Villazón es más conocido por su actividad comercial – debido a su ubicación fronteriza- es un destino turístico sorprendente. En sus tres circuitos (Este, Oeste y Central) se disfruta de la naturaleza, cultura, exquisita gastronomía típica andina, pinturas rupestres, además de artesanías hechas con arcilla.
Con el fin de promover el turismo en esta zona, el Gobierno Autónomo Municipal de Villazón, a través de la Dirección de Turismo y Cultura, se alió con las empresas Jallala Tours, Aventuras del Sur y Abya Yala Tours.
Villazón, el diamante que se pule solo. En esa frase los vivientes de este municipio resumen la esencia de su gente: trabajadora y pujante.
“Villazón no solamente tiene la parte alto-andino, sino que también tiene sus cabeceras de valles y valles, o sea que es importante saber eso porque hay mucha gente que tienen el concepto de Villazón solamente es pampa, es comercio, es frío y no hay nada. Tenemos un hermoso clima aquí y el cambio que hay entre los pisos ecológicos”, destacó el guía Carlos Álvarez.
Las agencias trabajan en conjunto con las comunidades de los tres circuitos turísticos: Este, Oeste y Central. Los pobladores son los encargados de brindar todos los servicios: alimentación, transportes, guía, además de venta de artesanías.
Las piedras grabadas de Yanalpa
En Yanalpa, comunidad de Sococha, los turistas disfrutan del clima templado. Pueden descansar en las cabañas, cabalgar por la zona y conocer los sitios donde existen pinturas rupestres. En esta zona, a lo largo de la quebrada, se encuentran petroglifos o petrograbados. Piedras grabadas con imágenes que reflejan la historia durante distintas épocas. La mano del hombre actual y los efectos del clima están dañando poco a poco ese patrimonio pero con la activación del turismo también se prevé desarrollar acciones de conservación.
Carlos Álvarez, guía turístico de Aventuras del Sur, explica que no se ha realizado ningún estudio de esos grabados y que sólo se conocen las historias que se transmiten las familias a través de los años; historias que con la migración también corren el riesgo de perderse. “Por respeto, creo que a toda la parte de Villazón, necesitamos saber realmente a quiénes pertenecieron, de qué época son. Esto es historia de un pueblo, la gente hizo este tipo de placas para poder representar lo que ellos vivían o sentían o veían en su época”, remarcó Álvarez.
A criterio de cada espectador, se distinguen diferentes figuras como un eclipse solar, zorros, figuras antropomorfas, llamas, cuerpos con dos caras, entre otras formas.
Sobre este tema, la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (SIARB) destaca que los grabados rupestres de Yanalpa-Sococha pertenecen a los sitios patrimoniales más importantes del municipio de Villazón.
“En la foto se ve una inscripción vandálica en la parte inferior del panel, que comprueba la falta de administración, vigilancia y conservación del sitio. Lamentamos que el proyecto de protección de este sitio se haya realizado sin participación de expertos en la materia. La construcción de un techo de calamina implicó la perforación de la roca con daños irreparables al mismo sitio. Sabemos que esta construcción se realizó en los primeros meses del año 2012 y tenemos fotografías de abril y mayo de 2012 que comprueban este lamentable hecho”, comentó Freddy Taboada, presidente de la SIARB.
Carlos Álvarez, guía turístico de Aventuras del Sur, explica que no se ha realizado ningún estudio de esos grabados y que sólo se conocen las historias que se transmiten las familias a través de los años; historias que con la migración también corren el riesgo de perderse.
Por su parte el Prof. Matthias Strecker, Secretario General de la misma institución, explica que sería importante retomar el proyecto tomando en cuenta la experiencia de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia adquirida a lo largo de 30 años y sus trabajos en parques arqueológicos con arte rupestre en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz que consideran los aspectos fundamentales de investigación y registro, conservación, capacitación de lugareños como guías, además campañas educativas y difusión.
Respecto a que si se realizaron o no estudios científicos del arte rupestre de este sitio los especialistas informaron que su institución publicó el estudio de la arqueóloga Dra. Alicia Fernández Distel en el año 1994, en su Boletín anual Nº 8. El mencionado documento incluye una documentación gráfica de estos petroglifos, según informó Strecker.
Sococha, historia y gastronomía únicas
En Sococha la visita es grata por la amabilidad con la que los pobladores comparten con los visitantes historias y su exquisita gastronomía. En este cantón, los comunarios preparan los platos típicos del lugar como el asado de chivo y la kalapurka, con mucho maíz, cebolla, charque y cebollín.
El clima en Sococha es cálido, es muy agradable. El guía comenta que el pueblo carece de datos históricos exactos de su fundación, pero que toman como referencia festiva la fecha grabada en las campanas de su iglesia, que data de hace más de 100 años.
Según el relato de los pobladores hace tiempo hubo una gran inundación y prácticamente se perdió todo. Ellos son orgullosos de ser el único pueblo de la zona que tiene una plaza central.
“Por aquí pasó la gente española, por acá se alojaban, teníamos nuestra placita, pero no aparenta serlo. Ustedes van río hacia abajo y somos los únicos que tenemos plaza. Acá se hacían reuniones, venían con sus caballos. Todo lo que está abandonado eran almacenes. Se arruinó nuestro pueblito cuando entró el río, si no hubiese pasado eso hubiésemos sido como Tupiza tal vez”, lamenta la corregidora del pueblo, Delia López.
Choskonty ofrece aventura y naturaleza
El paseo nos lleva hacia el Valle de las Crestas, en Choskonty, donde uno de sus atractivos es una cascada caudalosa de unos 12 metros de altura.
Entre las actividades, además de las caminatas, se puede realizar rappel, descenso con cuerda. Es un lugar muy lindo y también lleno de historias porque los españoles recorrían esos sitios, según aseguran los comunarios.
“Pásalo bien” en San Pedro
La senda del Este se finaliza en la comunidad de San Pedro. Allí se encuentra el camping “Pásalo Bien” (35 km. de Villazón). Este es un emprendimiento familiar que brinda a los visitantes un lugar de esparcimiento ideal para pasar los días feriados o fines de semana.
“El servicio que nosotros ofrecemos aquí es de la piscina, tenemos parrillitas, para que las familias vengan y se hagan un asadito. Tenemos servicio de kiosco, baños y las duchas. Para delegaciones mayores preparamos cordero o chancho a la cruz” explica emocionado Ariel Pocabla, propietario de este emprendimiento.
La entrada por persona cuesta Bs. 10, para acampar Bs. 15. Los platos están entre Bs. 30 y 50. Una noche de hospedaje en habitación Bs. 50. Los meses recomendados para la visita, por que el clima es más agradable, son septiembre y noviembre. Sin embargo la atención es continua y la experiencia en cualquier estación es especial.
Durante la estadía, los visitantes también pueden disfrutar de los sabores únicos de vinos y singanis preparados con frutos de los viñedos del lugar.
Maestros de la alfarería
Berque es una de las poblaciones ubicadas al oeste de la ciudad de Villazón. Una de sus actividades económicas importantes es la alfarería. Su trabajo es único pues se especializan en crear productos de gran tamaño: ollas, jarrones, cántaros.
El tiempo de elaboración de cada pieza es variable porque depende de su tamaño. Según comentan los alfareros, poco a poco ha disminuido la venta de los productos de arcilla pero que aún así mantienen la producción. Muchas de las familias optan por ir a venderlas a la Quiaca.
Gregoria Mamani, una alfarera que lleva en ese oficio 18 años comenta que aprendió sólo viendo cómo se hacía cada pieza y con el tiempo ha perfeccionado una técnica y estilos propios. “Primero saco la arcilla, después mezclamos dos clases de arcillas, con el colorado que es otro parecido a unas piedras, después le mezclamos y empezamos a formar (las ollas) y después utilizamos los moldes”, detalló.
La mujer realiza un trabajo de precisión que necesita mucha destreza, cuecen los productos aún de forma rústica en hornos construidos de manera artesanal en el mismo pueblo. Los comunarios destacan que cada producto es una muestra de su cultura pues su oficio no se aprende en ninguna escuela sino es parte del legado de sus generaciones pasadas.
Entre sus productos hay jarrones de hasta un metro de altura y también ollas pequeñitas. “Son las cincuenteritas”, comentan entre risas pero su mayor orgullo es la olla más grande del mundo, según se puede leer en la plaqueta colocada en el museo de la alfarería donde se encuentra esa pieza.
Su trabajo es único pues se especializan en crear productos de gran tamaño: ollas, jarrones, cántaros.
Esa olla mide unos 5 metros de altura. Fue elaborada hace 10 años por 10 personas y se coció en un horno de puro adobe y bosta de chivo y vaca. Hasta noviembre pretenden hacer una más grande.
Irineo Ibarra, uno de los artesanos que participó de esa proeza cuenta cómo lograron el objetivo de construir esa olla gigante después de varios intentos infructuosos. “Tardamos unas dos semanas, hasta el horneado se hizo aquí. Antes habíamos hecho otras ollas (de gran tamaño), al cargarla en el camión era muy pesada. Otro lo hicimos en el cerro, pero se cayó” relató, Irineo Ibarra.
En el cantón Chagua ocurre lo contrario, allí se elaboran artesanías en miniatura. El mínimo a lo que llegan es cinco milímetros. Su mercado es Argentina porque en el país no tienen un buen mercado. El fardo de 10 a 12 cuesta a 120 bolivianos, por unidad a 15.
El corregidor Gilberto Astaca Benavides comenta que el pueblo es visitado en su mayoría por turistas argentinos que disfrutan de ver el proceso de producción de los alfareros y son quienes compran muchas de esas piezas. “De eso vivimos acá”.
Chagua cuenta con todos los servicios básicos, incluso tienen internet. En el lugar ya existe una escuela de alfarería en la que se usa un horno industrial. Pero, eso sí, los comunarios continúan produciendo todo de manera artesanal.
Villazón implementa tours ambiental
Villazón a punta a la separación de basura y a cuidar el agua como medidas para aportar al cuidado del medioambiente. Para lograr ese objetivo el municipio en conjunto con varias instituciones ha ideado un modo práctico para incidir en los hábitos de las familias, a través de la enseñanza a jóvenes y niños.
Se implementó el “Tour ambiental” con cuatro paradas: en la Planta de Agua Potable, en la de Tratamiento de Aguas Residuales, de Relleno Sanitario y en la Planta de Compostaje.
Previo al recorrido programado para los estudiantes se dan charlas al respecto en los colegios, luego se realiza la visita en grupos de al menos 50 estudiantes. El objetivo es que hasta septiembre 5.000 chicos concreten las visitas.
En la Planta de Agua Potable los especialistas enseñan a los jóvenes el ciclo del agua urbano: desde que se capta el agua y se distribuye a los domicilios. Se les muestra el proceso de potabilización, el de control de calidad y la cloración del agua.
Después, en la Planta de Aguas Residuales se muestra cómo llegan las aguas hasta el tanque; con basura, bolsas, etc. Se realiza tres pasos: el pre tratamiento donde se recolecta las aguas del alcantarillado sanitario. Con rejillas se separa el agua de la basura. Después el agua pasa al desarenador en el cual se selecciona la tierra o grava que haya entrado al alcantarillado.
El tratamiento primario se lo lleva acabo en la laguna facultativa, ahí se consume todo el material orgánico, sacando todo el lodo que se genera ahí para luego utilizarlo como abono. En una segunda laguna se hace un nuevo tratamiento para eliminar la contaminación del agua para devolverla al río.
En el Relleno Sanitario los estudiantes se encuentran con toneladas de basura que pueden observar desde un mirador. Dispuestos allí ven todo el proceso y escuchan las recomendaciones sobre la importancia de la separación de basura en origen para evitar que ese sitio colapse. Aprenden que el buen tratamiento de la basura permite evitar la contaminación de la tierra y que algunos desechos, como la basura orgánica, sirven para abonar la misma.
Los niños están aprendiendo a separar lo orgánico de lo no orgánico para que el proceso de reciclaje sea más rápido. Por ejemplo, lo desechos orgánicos en montañas para usarlos como abono, todo esto se lo prepara en la Planta de Compostaje, el cual tiene un proceso de espera para luego aplicarlo a la tierra.
CONTACTOS
- Doris Chiri Orihuela (Unidad de Turismo del G.A M.V) 79455476
- Carlos Rivera (Unidad de Turismo del G.A M.V ) 76177344
- Carlos Álvarez ( Aventuras del Sur) 72896399
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